CONCUPISCENCIA

EL QUE AMA EL PELIGRO CAERÁ EN ÉL Eclesiástico 3,26 El corazón obstinado en mal acaba, y el que ama el peligro caerá en él. DIOS TIENE EN CUENTA NUESTRA FRAGILIDAD Salmo 78 (77), 38 El, con todo, clemente, borraba las culpas y no exterminaba; bien de veces su cólera se contuvo y no desper- tó todo su furor;

NO DEJARSE ARRASTRAR DE SUS DESEOS Eclesiástico 5,2 No te dejes arrastrar por tu deseo y tu fuerza para seguir la pasión de tu corazón. Eclesiástico 9,8 Aparta tu ojo de mujer her- mosa, no te quedes mirando la belleza ajena. Por la belleza de la mujer se perdie- ron muchos.junto a ella el amor se infla- macomo

DIOS LE DICE A CAÍN QUE DEBE DOMINAR SUS APETITOS QUE ACECHAN COMO FIERAS Génesis 4,6 Yahvé dijo a Caín: "¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro?  ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te

DADA LA CONCUPISCENCIA) ALGUNAS CREATURAS EJERCEN FASCINACIÓN NOCIVA EN EL HOMBRE Sabiduría 4, 11 Se lo llevó para que la maldad no pervirtiera su inteligencia o el engaño sedujera su alma;  pues la fascinación del mal empaña el bien y los vaivenes de la  concupiscencia  corrompen  la  mente ingenua.

EL CORAZÓN DEL HOMBRE ES ENGAÑOSO Y MUY PERVERSO Jeremías 17,9 El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce?

EL HOMBRE, CUANDO PECA, ESCOGE SUS CAMINOS, DESAGRADANDO A DIOS Isaías 66,3 Se inmola un buey, se abate un hombre, se sacrifica una oveja, se desnuca un perro, se ofrece en oblación sangre de cerdo, se hace memorial de incienso, se bendice a los ídolos. Ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables halló

“¡Confírmanos Señor en la fe; inflama nuestro amor, ábrenos a la esperanza de Tu Reino y haznos mensajeros de Tu Resurrección! ¡Porque Tú, Señor, vives en medio de nosotros para siempre! ¡Llénanos de la alegría de Tu Presencia!” En Cristo resucitado se hace realidad el cielo y la resurrección también para nosotros.  Los poderes que nos prometió

El Domingo de Ramos corresponde a la parte del Año Litúrgico en el que entramos de lleno a la Semana Santa. Semana para la cual nos preparamos durante cuarenta días. Este acondicionamiento radica en la conversión de la vida, en ordenar su desorientación, en ir a las raíces, volver a Dios, pues de Él hemos venido.

Hemos comenzado un camino de oración, de reflexión. Un camino de conversión, un momento para meditar sobre nosotros mismos y asegurarnos si es verdadero el deseo de ir a Dios, buscarle y encontrarle o, simplemente, se queda en un afán de buena voluntad.  Es un tiempo por si me he salido del camino: volver a él;

Entremos         en         nuestra CUARESMA   INTERIOR…   y ascendamos hasta la MONTAÑA DE LA PASCUA. La Cuaresma es un período hermosísimo que tenemos los cristianos para acompañar a Jesús en su camino de entrega y de salvación. Por lo tanto, para nosotros significa: Se escriben con “C”, de Cuaresma “Cambio” y “Conversión” de “Corazón”.  Te ofrecemos