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CONOCER A MARIA

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN   Dichoso el que conoce este júbilo y, mediante la contemplación, se eleva de los temas terrenales y transcurre todo el día con Jesús y con María, desinte- resándose de las cosas de este mundo. Creo que ningún mortal fue digno de estar presente en ese coloquio: solamente los santos ángeles

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN   ¡Oh, si yo también hubiese podido estar presente, si hubiese podido oír tus dulces palabras, si junto a la ventana hubiese podido escuchar disimuladamente y captar con diligencia las palabras que mi Señor Jesucristo dirigía a su Madre acerca de las alegrías de los ciudadanos del cielo, sin que ningún

Domingo, 2 de octubre de 2022 Primera lectura Lectura de la profecía de Habacuc (1,2-3;2,2-4): ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas, te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves? ¿Por qué me haces ver crímenes y contemplar opresiones? ¿Por qué pones ante mí destrucción y violencia, y surgen disputas y se alzan contiendas? Me respondió el Señor: Escribe la visión y grábala en tablillas, que se lea de corrido; pues

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN Te alabo y te honro, con todos tus santos y con todos los fieles devotos del mundo, por el dulce coloquio y por el íntimo encuentro que tuviste con tu ama- dísima Madre María en su aposento, a su lado, de todo bullicio exterior, duran- te el cual conversaste con ella

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN   No enviaste un ángel, no un arcángel, no a Miguel, ni a Gabriel, ni a Rafael, tus mensajeros oficiales, ni a ninguno de los dignatarios terrenales, distingui- dos, adornados de oro, plata y piedras preciosas, a visitar a tu Madre, Reina del cielo, nuestra amada Señora; sino que acudiste tú mismo, Rey