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Lecturas del Miércoles 8 septiembre de la 23ª semana del Tiempo Ordinario

Mi vida ha conocido episodios oscuros. He traicionado tres veces a Jesús y luego le abandoné en el momento de La Cruz. Puedo decir que me he rescatado. Ya cuando era viejo me encontraba en Roma con los Cristianos cuando tuve que huir para no ser capturado por Nerón. Precisamente escapaba por la Vía Appia cuando

Soy un pescador de lago, conozco bien mi oficio. Nací en Betsaida pero vivo en Cafarnaúm con mi familia. Tengo un hermano más joven que se llama Andrés. Un día vino y me dijo "¡Simón, Simón, hemos encontrado al Mesías, ven que te llevo con Él!". Lo seguí no muy convencido a ver por primera vez

  Los judíos sorprendieron a una mujer pecando y la lleva­ron al Señor, diciendo: - Maestro, esta mujer ha sido cogida en adulterio. Aho­ra bien: según la ley de Moisés, debe ser apedreada. Y Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en la tierra. Y como los judíos insistieran en preguntarle, les dijo Jesús: - El que de vosotros esté sin

En Viena, cuando iban a colocar el cadáver de un empera­dor en la cripta de los capuchinos, el maestro de ceremonias solía tocar con una vara en la puerta de hierro. De pronto se oía una voz que preguntaba: "¿Quién es?" La respuesta era: "Su majestad apostólica el empe­rador". "No le conozco", se replicaba. Nuevamente un to­que