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enero 2022

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 Suben al tren, en Burdeos, un señor y un obrero. En una estación de las Landas ven en el andén a un sacerdote que espera. Dice el obrero al señor, al mismo tiempo que señala al cura: — ¡Caballero! Estamos solos, no grite usted; aquí nadie nos ve. ¿Qué haría usted si yo quisiera robarle y estrangularle?   Pálido

El duque Alberto de Baviera era un hombre en extremo colérico. Hallándose en cierta ocasión en campaña frente a Augsburgo, cayó en sus manos una carta que le despertó dudas sobre la fidelidad de su esposa. A toda prisa volvió a su casa y, sin investigar el asunto, mandó matarla. Poco después descubrió la inocencia de la

Federico el Grande visitó en Branderburgo una escuela, precisamente durante la clase de Geografía. El emperador preguntó a un muchacho donde estaba situado un pueblecito. - En Prusia. Le contestó. - ¿Y donde está Prusia? - En Alemania. - Y, ¿Alemania? - En Europa. - Y, ¿Europa? - En el mundo. - Y, ¿el mundo? - fue la última respuesta del Emperador -. El muchacho

Un sacerdote trabajaba en misiones en una parte de la ciudad de México (Ajusco). Compra sin dinero una pequeña máquina para aumentar el número de folletos impresos de sus campañas, y para que a la larga fuera más barato que mandar imprimir. Fue pagando las mensualidades con el dinero del que disponía para eso siempre con

Repetir la Palabra revelada y atreverse a comentarla, hacer de ella las aplicaciones doctrinales y darle una recta interpretación, es tal deber de conciencia que presupone en el sacerdote una preparación que le haga instrumento dócil e inteligente para cumplir su altísima misión en nombre de toda la Iglesia, muy por encima de su modesta persona.

Al hablar haga cuanto esté de su parte para que se le escuche inteligentemente, con gusto y docilidad. Pero no dude de que si logra algo y en la medida en que lo logre, es más por la piedad de sus oraciones que por sus dotes oratorias. Por tanto, orando por aquellos a quienes ha de

Llegó un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en la plaza mayor, que era necesario un cambio en la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acudió a escucharle, más por curiosidad que por interés. Pero, según pasaban los días, eran cada vez menos los curiosos que iban a

Se apareció el Señor a la beata Margarita de Saboya ofreciéndole en sus manos llagadas tres dones para que eligiera: calumnias, enfermedades o persecuciones. La santa pensó así. ¿Enfermedades? ¿Estar clavada al duro lecho con fiebre altísima, con una enfermedad repugnante que lentamente me vaya consumiendo, abandonada de todos por no atreverse nadie a acercarse a mí,

" LA COMUNIÓN DE MARÍA CON JESÚS " Te bendigo, te alabo y te glorifico, oh benignísima y piadosísima Madre de Dios, María por todos tus ejercicios de devoción y tus sagradas meditaciones acerca de la ley de Dios, a los que te dedicabas día y noche; por tus muy fervorosas oraciones, por las lágrimas y los