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EL VALOR DEL AMOR

Con amor a Dios y al prójimo, podemos "comprar" bienestar espiritual y materia ilimitados.. No será bueno entonces atesorar afectos y amistades, mejor que dinero? Porque no debemos limitarnos solamente a tener más, hay que aspirar a ser más. Amar es el privilegio que Dios nos ha dado. Amistad es el camino a la felicidad. Dar es la forma

Toda la naturaleza es un anhelo de servicio: Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Se el que aparta la piedra del camino, el quita el odio entre los corazones y

Muy bien se define el amor como el pie del alma, el cual, cuando es malo, se llama deseo apasionado o líbido; cuando es recto, dilección o caridad, pues por el amor se mueve el ánimo al lugar a donde poder ir, El bien de cada quien depende de la medida y forma en que cada quien contribuye

Con un furor que dura siglos, los pueblos de Oriente continúan chocando entre sí, y hacen trizas la túnica inconsú­til del Señor, tejida de arriba abajo sin costuras. Raposas devastan la viña de Cristo; entre cisternas agrietadas y secas es difícil encontrar dónde está aquella fuente sellada, aquel huerto cerrado, de que habla la Escritura. Por

En el París hay un instituto para perros, el "Institut de Beauté pour les Chiens", en que trabajan numerosos médicos, peluqueros y masajistas. En la "Ille des Tavageurs", en París, hay un magnífico cementerio de perros, con avenidas con criptas de mármol, artísticos bajo relieves y muchos monumentos en que se ve la fotografía del finado. Y es

A un estudiante de quince años de edad empezó a dolerle una pierna. Llamaron al médico y éste, con gran espanto de los padres, descubrió las caries de los huesos. - No queda otro remedio que amputar la pierna -dijo el médico. - No, no -exclamó el enfermo-; prefiero morir. Durante semanas y semanas le suplicaron, pero la res­puesta

Julia, la hija única de Juan Arany, eximio poeta húngaro, murió, en la plenitud. de su floreciente hermosura, a la edad de veinticuatro años. Su padre, con el corazón conmovido, escribió estas líneas en la losa de su sepulcro: «Cuando tu alma victoriosa se detuvo en la materia destrozada y, mirando con  valentía la muerte, emprendió, rica