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ORACION / INCLUSO LOS HOMBRES IMPORTANTES REZAN EL ROSARIO

Iba San Ignacio, con sus primeros compañeros, camino de Barcelona. Iban, como de costumbre, a pie y con su hatillo a cuestas, cuando un buen hombre los vio, se apiadó de ellos y les pidió con mucha instancia que le dieran sus bultos, que él tenía buenas fuerzas y se los llevaría. Ellos rehusaban, pero, al

Nos empeñamos en ser felices gozando de las cosas de la tierra, mas la vida llena nuestros sueños de amargos desengaños. Sólo podemos ser felices como el san Francisco de Asís del célebre cuadro: con los brazos en la cruz y el pie sobre el mundo. ¿No veis lo que pasa con una alfombra? Sale de la

En el estadio sueltan una liebre mecánica y, en seguida, una jauría de galgos. La liebre corre que corre, y los galgos, enloquecidos, van tras ella. Cuando van a cogerla, alguien da más fuerza a la corriente eléctrica y la liebre corre como un huracán. Los galgos, con los ojos inyectados en sangre, la persiguen; no oyen,

Lunes, 15 de marzo de 2021 Primera lectura Lectura del libro de Isaías (65,17-21): ESTO dice el Señor: «Mirad: voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento. Regocijaos, alegraos por siempre por lo que voy a crear: yo creo a Jerusalén “alegría”, y a su pueblo, “júbilo”. Me alegraré por Jerusalén y me regocijaré con mi pueblo, ya

Sábado, 13 de marzo de 2021 Primera lectura Lectura de la profecía de Oseas (6,1-6): VAMOS, volvamos al Señor. Porque él ha desgarrado, y él nos curará; él nos ha golpeado, y él nos vendará. En dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia y comprenderemos. Procuremos conocer al Señor. Su manifestación es segura como la aurora. Vendrá como la lluvia, como

Viernes, 12 de marzo de 2021 Primera lectura Lectura de la profecía de Oseas (14,2-10): ESTO dice el Señor: «Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta. Tomad vuestras promesas con vosotros, y volved al Señor. Decidle: “Tú quitas toda falta, acepta el pacto. Pagaremos con nuestra confesión: Asiria no nos salvará, no volveremos a montar a caballo, y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’ a la obra