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enero 2023

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Anciano y achacoso, el padre Tena fue llevado por los rojos a Madrid, en 1936, durante la cruzada espa­ñola. Apenas podía andar con la ayuda de un bastón, a causa del reuma que le aquejaba. Ante el tribunal, intentaron hacerle apostatar de la fe. - Jure usted -le dijeron- que Dios no existe. Él empezó a dar razones

En 1868, don José Ignacio Arcia, arzobispo de Michoacán, preguntó a un tullido, viudo con dos hijas: — ¿Cuál es tu oficio? — Cazador. —¿ Qué es lo que cazas? —Venados. Dios me ayuda. Todos los días digo una oración a mi Padre, salgo con mi carabina, mato un venadito, mis hilas lo llevan a casa y, con la carne,

Preguntaba un impío a un joven cristiano: — Tú, ¿ por qué crees en esas verdades? — Porque así lais enseña el señor cura. — Pero el señor cura puede caer en un error. — Es cierto, y el señor obispo le removerá y condenará; de modo que, mientras está en unión con el señor obispo, creo en la

En el número 93 de la revista «De Broma y de Veras», de septiembre de 1918, se refiere un caso muy hermoso contado por Curro Vargas. Moreno no quiere aceptar un desafío de Zaldíbar; los padrinos le insultan porque no lo quiere aceptar, pero es porque Moreno cree en Dios. El insultado los echa de su casa. Mas

Luis IX, rey de Francia († 1270), que llegó al honor de las altares, hablaba una vez de asuntos de estado can un embajador. Éste, que era un gran adulador, dijo entre otras cosas al rey: — Majestad, me congratulo con vos porque habéis nacido en este nobilísimo reino. A lo que respondió el soberano: — No es ésta

Un barbero librepensador tenía la costumbre de hacer profesión de incredulidad ante los clientes, mofándose de la fe. Pero una vez encontró a quien le respondiese a tono. De un señor que se presentó en su barbería obtuvo esta respuesta: « A un hombre que no cree ni en Dios ni en sanción alguna futura, no le

Miércoles, 25 de enero de 2023 Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (22,3-16): En aquellos días, dijo Pablo al pueblo: «Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios

Mientras el tirano Asclepiades se ensañaba con el mártir San Román, un niño que era llevado en brazos de la madre y que apenas sabía hablar levantó la voz, dirigiéndose al tirano: — ¡Jesucristo es el verdadero Dios!   A lo que preguntó el tirano bruscamente: — ¿Quién te lo ha dicho? — ¡Mi madre! — respondió el niño. — Y, a

Aristóteles (otros dicen Pitágoras), por su vasta doctrina y gran autoridad, era tenido en tal veneración, que bastaba que pronunciase una sentencia o una palabra para admitida como oráculo indiscutible; de donde viene el proverbio: Ipse dixit: «Lo dijo él.»   Mucho más debemos creer a Dios, que no se engaña ni puede engañar.