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febrero 2021

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Lunes, 1 de febrero de 2021 Primera lectura Lectura de la carta a los Hebreos (11,32-40): HERMANOS: ¿Para qué seguir? No me da tiempo de referir la historia de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; estos, por fe, conquistaron reinos, administraron justicia, vieron promesas cumplidas, cerraron fauces de leones, apagaron hogueras voraces, esquivaron el filo de la

El 27 de febrero de 1862 murió, a la edad de 24 años, el joven pasionista Gabriel Possenti, después de seis años escasos de vida religiosa. En su adolescencia, Francisco, —que así se llamaba a la sazón— era muy mundano, de suerte que en su ciudad natal, Spoletto, se le llamaba «el pequeño bailarín». Mas sucedió

San Felipe de Neri decía a Jesucristo: «Señor, no os fieis de Felipe y tenedle de vuestra mano, porque, si no, Felipe os hará traición como Judas», y esto mismo puede decir cualquier hombre, por fuerte y virtuoso que sea, si considera que sin la gracia de Jesucristo nada puede hacer.

Quién soy? Soy Llamado.               Consagrado.                  Y Enviado. Vocación. Consagración. Y Misión. En justicia- En amor. Y En poder. En la vida religiosa no se debe regatear. Entregarse; pronta, sobrenatural, alegre y heroicamente. La consagración es expresar una total entrega y donación a Dios. Es llevar mi consagración bautismal a su máxima

Aún las buenas acciones carecen de valor cuando no están sazonadas por la virtud de la humildad. Las más grandes practicadas con soberbia, en vez de ensalzar, rebajan. El que acopia virtudes sin humildad, arroja polvo en el viento, y donde parece que obra provechosamente, allí incurre en la más lastimosa ceguera. Por lo tanto, hermanos

La verdadera prueba del hombre no es el gusto de la oración, sino la paciencia de la tribulación, la abnegación de sí mismo y el cumplimiento de la divina voluntad, aunque para todo esto aprovecha grandemente así la oración como los gustos y consola­ciones que en ellas se dan (San Pedro de Alcántara, Trat. de la

Mi alma ha quedado profundamente conmovida por tus palabras, oh María. Por cierto, apenas tu voz consoladora llegó a mis oídos, mi alma se ha estremecido de alegría, mi espíritu ha recuperado vigor y todo mi corazón ha sido inundado de nuevo gozo, puesto que hoy me has anunciado cosas buenas y jubilosas. Estaba triste, pero