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noviembre 2021

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Lunes, 29 de noviembre de 2021 Primera lectura Lectura del libro de Isaías (2,1-5): VISIÓN de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén. En los días futuros estará firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las montañas, más elevado que las colinas. Hacia él confluirán todas las naciones, caminarán pueblos numerosos y dirán: «Venid, subamos al monte del

El renombrado piloto Chávez fue el primero que pasó el Simplón; pero llegó con los miembros rotos. Hubo de luchar con huracanes y remolinos espantosos de aire, y triunfó. Ya tiene a su vista el blanco. Ya ve la ingente muchedumbre que le saluda, que le hace señales. Pero entonces, ¡ay!, le abandona la perseve­rancia, no

Tamerlán, el joven conquistador tártaro, se hallaba encerrado en su estancia profundamente abatido por los contra­tiempos. En esto fijóse en una hormiga que subía por la pared, notando que cuantas veces la echaba abajo, otras tantas subía. Quiso satisfacer la curiosidad de ver hasta qué punto llegaba la obstinación de la hormiga, por lo que persistió

Es mejor andar por el camino, aunque sea cojeando, que correr fuera de él. Porque el que va cojeando por el camino, aunque adelante poco, se va acercando al término; pero el que anda fuera del camino, cuanto más corre tanto más se va alejando del camino (Santo Tomás, Coment. Evang. S. Juan, 14, 2).  

Cierto borracho quería convertirse, pero se contraía grandes dificultades que se oponían a que lograra la moderación en la bebida. Empezó por echar una piedrecita en su vaso el primer día, echó dos el siguiente, y así sucesivamente, hasta que alcanzó, sin darse cuenta la temperancia

Quejase un joven al abad Teodosio de que, después de ocho años de lucha, no había logrado refrenar sus pasiones. "¿Ocho años de lucha? -contestóle el abad- Sesenta llevo ya luchando contra ellas en el desierto, y no he tenido todavía un día libre de sus asaltos". Grandes luchadores son los santos: su entereza indomable, impulsada por

Beethoven, el gran músico estaba casi completamente sordo cuando compuso su obra más excelsa, su obra maestra. Moisés, el gran libertador de los judíos, no sabía hablar sino con dificultad; pero con la ayuda de Dios y con el humilde reconocimiento de su flaqueza, se hizo jefe del pueblo.