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Génesis 3 ,8 Oyeron luego e I ruido de los pasos de Yahvé Dios que se paseaba por el jar- dín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron  de  la vista de Yahvé Dios por entre los árboles del jardín. Génesis 4,13 Entonces dijo Caín a Yahvé: "Mí culpa es

Hechos  1, 14 Todos ellos perseveraban en la oración con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la ma- dre de Jesús, y de sus hermanos. Hechos 4,32 La multitud de los creyentes no tenía sino un solocorazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo lo tenían en

Ahora te saludo, oh Virgen María; te saludo de rodillas y con intensa devoción, agradeciéndote con las manos juntas. Además, para que recibas y escuches mi fervorosa oración, te saludaré una vez más con aquel devoto homenaje: "Ave María, llena de gracia, el Señor es contigo, tú eres bendita entre las mujeres y bendito es el

Santa Catalina de Siena († 1380) tenía a menudo visiones. Una vez se le apareció Jesucristo con dos coronas en la mano, una de oro y la otra de espinas, y le dijo:  «Escoge una de estas dos coronas; mas sabe que si quieres en esta vida la de oro, tendrás la de espinas en la otra;