
GOTAS DE ESPERANZA
Se cuenta que una pobre madre, habiéndose perdido en una selva inmensa con su hijito de pocos años, caminó durante varios días gritando y llorando, sin encontrar camino. que la sacara a puerto de salvación ni aliento alguno.
Exhausta ya, y viendo que su hijito se maría de hambre, exclamó desesperada:
— ¡No me importa morir yo, pero que se salve siquiera este hijito de mis entrañas!
Se hirió en un brazo con una astilla aguda que desgajó de un leño y aplicó la boca reseca de su hijo a la herida, por la que comenzó a manar la sangre a borbotones, para que, ávido, la bebiera y sobreviviera.
A la mañana siguiente, unos cazadores que se habían internado por aquel boscaje intrincado encontraron a la madre muerta, pero vivo todavía al pequeño, a quien lograron salvar.