
GOTAS DE ESPERANZA
Año 1866. La guerra prusianogrienta aquellos campos, testigos de tantas batallas. En una de ellas ha quedado herido el príncipe Antal, y su ejército ha huido vergonzosamente. Hora tras hora, llama a la muerte para que le libre de aquel dolor y aquel abandono. De noche, lo encuentra así un soldado prusiano.
— Mátame —le dice el príncipe—; un tiro acabará con estos tormentos.
El soldado, que es católico, coge al príncipe con todo cuidado y lo lleva a un hospital de campaña. El príncipe sana y, lleno de gratitud, regala al soldado un magnífico. reloj de oro.
Hace mucho tiempo que ha acabado la guerra. El príncipe Antal vive fastuosamente en su castillo, gozando de las delicias de la victoria y de la paz. Un día se presenta en el castillo un hombre hambriento pidiendo trabajo. Ha recorrido media Prusia mendigando favor, mas no lo halla en ninguna parte. El príncipe lo encuentra en el bosque y habla con él largamente. En la conversación, el hombre saca para ver la hora un magnífico reloj de oro.
—Este reloj fue mío —dice el príncipe—; ¿cómo ha llegado a tu poder?
El hombre le cuenta la historia. Siendo soldado, salvó la vida al príncipe Antal, que se lo dio como recuerdo. No ha querido desprenderse de él a pesar de las vicisitudes de su miseria. El príncipe reconoce al soldado, le abraza y le dice:
— Yo soy el príncipe Antal; quédate conmigo y serás el mayordomo de mi castillo.
El soldado da gracias a Dios, que nunca deja la cantidad sin premio.