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Sembrando Esperanza

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LA GLORIA, V PARTE

Ah! si amáis tanto una gota de agua, que será de la misma fuente (San Agustín, Sermón 255 sobre el » alleluia»)

Que discurso podrá representar lo que luego ha de seguir: el placer, la dicha, el júbilo de la presencia y el trato con Cristo? No hay lengua que pueda explicar la bienaventuranza que goza ni la ganancia de que es dueña el alma que ha  tornado a su propia nobleza y que puede en adelante contemplar a su Señor. Y no solo se goza de los bienes que tiene en sus manos, sino de saber con certidumbre que esos bienes no han de tener fin . (San Juan Crisóstomo, Exhortac. a Teodoro, 1) 3,

De tres cosas descansaremos entonces: de los trabajos de la vida presente, del agobio de las tentaciones y de la esclavitud del diablo (Santo Tomás, sobre los mandamientos, 1c.,p.240)

Para los buenos será motivo especial de gloria el hecho de tener sus cuerpos gloriosos, adornados de cuatro dotes.

 La primera es la claridad: brillaran los justos como el sol en el reino de su Padre (Mt 13,43)

La segunda es la impasibilidad: Secará Dios toda lágrima de sus ojos y no habrá más muerte, no habrá mas llanto ni lamentos, ni dolores, porque lo de antes paso. (Apoc 21, 4)

La tercera es la agilidad: Brillarán los justos y avanzarán como chispa en cañaveral (Sab 3,7)

La cuarta es la sutileza: Es sembrado un cuerpo animal, resucitará un cuerpo espiritual (1 Cor 15,44); no quiere decir que sea por completo espíritu, sino que estará totalmente sometido a éste (Santo Tomás sobre el Credo,1c.,p.108)

Hemos nacido para las cosas presentes y renacido para las futuras (San León Magno, Sermón 7 en la Natividad del Señor)

Endeble creatura, por que te extravías buscando los bienes de tu alma y de tu cuerpo? Ama el único bien en el que están contenidos todos los bienes: eso te bastará… Cuerpo mío, que e, s lo que tú amas? Alma mía. que es lo que tu deseas? Únicamente allá en lo alto, se encuentra todo cuando podéis amar y desear. (San Anselmo, Proslogion, 25-26)

La unión de los viadores con los hermanos que se durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe, antes bien, según la constante fe de la Iglesia, se robustece con la comunicación de bienes espirituales. Por lo mismo que los bienaventurados están eficazmente a toda la Iglesia de la santidad, ennoblecen el culto que ella ofrece a Dios aquí en la tierra y contribuyen de múltiples maneras a su más delatada edificación (cfr, 1 Cor, 12, 12-27).  Porque ellos habiendo llegado a la patria y estando en presencia del Señor (cfr.2 Cor 5,8), no cesan de interceder por El, con El, y en El a favor nuestro ante el Padre, ofreciéndole los méritos que la tierra consiguieron por el Mediador único entre Dios y los hombres, Cristo Jesús (cfr,I Tim, 2,5), como fruto de haber servido al Señor en todas las cosas de haber completado en su carne los que falta a los padecimientos de Cristo en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia. (cfr, Col 1, 24). Su fraterna solicitud contribuye, pues, mucho a remediar nuestra debilidad (Conc. Vat.II, Const. Lumen gentium, 49).

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