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abril 2022

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Lunes, 18 de abril de 2022 Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,14.22-33): EL día de Pentecostés, Pedro, poniéndose en pie junto con los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras. Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús el Nazareno, varón

Lunes, 11 de abril de 2022 Primera lectura Lectura del libro de Isaías (42,1-7): Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha

Domingo, 10 de abril de 2022 Primera lectura Lectura del libro de Isaías (50,4-17): El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos. El Señor Dios me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí

Hoy, viernes, 8 de abril de 2022 Primera lectura Lectura del libro de Jeremías (20,10-13): OÍA la acusación de la gente: «“Pavor-en-torno”, delatadlo, vamos a delatarlo». Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él». Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del universo,

Un coronel del ejército francés refiere el hecho siguiente: «Herido de un lanzazo en el muslo, aguardaba la llegada de los camilleros. No lejos de mí yacía uno de mis soldados con una gran herida en la cabeza. Éste sacó del bolsillo una crucecita de plata y comenzó a recitar el avemaría en latín. En esto se

La madre Nicholl, autora de Memorias de una convertida, nos habla del señor Kenn, ministro protestante. Ella le vio triste en varias ocasiones. Pero Kenn se convirtió también al catolicismo, y la primera vez que la madre Nicholl le habló, ya convertida, le preguntó bruscamente aturdida: — ¿Es usted feliz? — ¡Oh —contestó él—, si pudiese darle parte