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febrero 2022

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Fue en un Cónclave. Los cardenales estaban dudosos entre tres candidatos que sobresalían, uno por la santidad, otro por su elevada cultura, y el tercero por su sentido práctico. A la decisión puso fin un cardenal diciendo: "Es inútil titubear más. La solución ya nos la ha dado San Bernardo. ¿Que el primero es santo?; pues

Es famosa la leyenda de un rey árabe: propuso a uno de sus súbditos que eligiera entre estos tres males, los tres espantosos: matar a su esposa, envenenar a sus hijos o embriagarse. - Prefiero embriagarme— contestó, creyendo que era el mal menor. Y la leyenda asegura que, perdida la razón, asesinó a su esposa y envenenó a

Estaba Francisco de Asís con sus discípulos en Rivo Torto. Era de noche. Dormían todos cuando, a medianoche, fueron despertados por los quejidos de un hermano: "¡Muero! ¡Muero!", "¿Por qué?", le preguntó el santo. "Muero de hambre". Entonces Francisco mandó que se pusiera a la mesa, y tanto él como los demás hermanos comieron con el

Se presentó una vez a un párroco una señorita que deseaba casarse. El párroco, como era su obligación, le preguntó la más importante de la doctrina cristiana, y comenzó par las misterios de la fe:   — Usted, señorita, sabrá cuáles son las personas de la santísima Trinidad. — ¡Oh, imagínese —contestó ella—; esta es muy fácil

Se lee en los Anales de la Propagación de la Fe que un misionera de China, después de haberse desgañitado en la enseñanza del catecismo a unos cuantos niños, preguntó a algunos si habían entendido algo. El primero respondió ingenuamente: — Sí; me he dado cuenta de que su nariz es muy larga.   El segundo dijo: — Padre,

«Un hombre fue a sembrar a su campo. Una parte de la semilla cayó en el camina y fue pisoteada par los viandantes; otra cayó entre piedras y, apenas nacida, se secó porque no había humedad; otra cayó entre espinas, que la ahogaron. Una parte cayó en terreno bueno, y nació y fructificó en ciento por

En 1898 fueron ejecutadas dos criminales, que murieran del todo arrepentidos. El domingo siguiente, el padre Carixell, S. J., que había asistida a los reos, explicó el catecismo en la iglesia de la compañía. Se le acercó una mujer enlutada con dos niños, de 5 y 7 años de edad, y le dijo: — Yo soy la madre

NO SABREMOS QUE FIN PERSIGUE DIOS, PERO CIERTAMENTE ES PARA NUESTRO BIEN. Romanos 8, 28 Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio.