Image Alt

febrero 2022

  /  2022 (Page 51)

Gálatas 3, 26 Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Gálatas 4,4 y ss Efesios 1, 5 destinándonos de antemano a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad. Efesios 2, 19 Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de

SOMOS HIJOS ADOPTIVOS DE DIOS Romanos 8,15 Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! 16 El Espíritu Santo mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. 17 Y, si hijos, también

NO JUZGAR POR LAS APARIENCIAS   I Samuel 16,7 Pero Yahvéh dijo a Samuel: "No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahvéh mira el corazón. Eclesiástico 11,2 No alabes nunca a un hombre por su

DIOS LA PROHÍBE Levítico 19.15 Siendo juez no hagas injusticias, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás  a tu prójimo. Juan 7, 24 No juzguéis por apariencias, sino juzgad con juicio recto. Santiago 2, 1 y ss. Santiago 2.9 pero si tenéis acepción de personas cometéis pecado y quedáis convictos de transgresión por la Ley.

POR QUE NO HACERLA Romanos 10.11  Porque dice la Escritura: Todo el que crea en él no será confundido. 12 Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan. 13 Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pues todo el

 Suben al tren, en Burdeos, un señor y un obrero. En una estación de las Landas ven en el andén a un sacerdote que espera. Dice el obrero al señor, al mismo tiempo que señala al cura: — ¡Caballero! Estamos solos, no grite usted; aquí nadie nos ve. ¿Qué haría usted si yo quisiera robarle y estrangularle?   Pálido

El duque Alberto de Baviera era un hombre en extremo colérico. Hallándose en cierta ocasión en campaña frente a Augsburgo, cayó en sus manos una carta que le despertó dudas sobre la fidelidad de su esposa. A toda prisa volvió a su casa y, sin investigar el asunto, mandó matarla. Poco después descubrió la inocencia de la