CIELO
QUIENES NO VAN A ÉL
l Corintios 6, I O … ni los ladrones ni los ava- ros ni los borrachos ni los ultrajadores ni los rapaces heredarán el Reino de Dios.
Gálatas 5,21 … envidias, embriagueces, or- gías y cosas semejantes, sobre las cuales les prevengo, como ya les previne, que quienes hacen tales cosas, no heredarán el Reino de Dios.
ES FUNDAMENTO DE NUESTRA ESPERANZA
2 Macabeos 7,28 Te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra y, al ver todo lo que hay en ellos. sepas que a partir de la nada lo hizo Dios y que también el género huma- no ha llegado así a la existencia.
Hebreos 11, 16 Más bien aspiran a una mejor, a la celestial. Por esto Dios no se aver- güenza de ellos, de ser llamado Dios suyo, pues les tiene preparada una ciudad …
EN AQUELLA VIDA, NI ELLOS TOMARÁN MUJER NI ELLAS MARIDO
Mateo 22,30 (El género humano ha llegado a su término y no se multiplicará más).
LA ELECCIÓN DE DIOS NO VA CON LA CIENCIA SEGúN EL MUNDO
I Corintios 1,26 ¡Miren, hermanos, quiénes han sido Uamados ! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza.
LA CIENCIA «NO SEGÚN DIOS» LLEVA A LA SOBERBIA
I Corintios 8, 1 Respecto a lo inmolado a los ídolos, es cosa sabida, pues todos tenemos ciencia. Pero la ciencia hincha, el amor en cambio construye. 2 Si alguien cree cono- cer algo, aún no lo conoce como se debe conocer.
Romanos 1,2 J … porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: 22jactándosede sabios se volvieron estúpidos …
lsafas 47, I O Tu sabiduría y tu misma ciencia te han desviado. Dijiste en tu corazón: i Yo, y nadie más!
LA CIENCIA CON SOBERBIA IMPIDE LA FE
Juan 7,48 ¿Acaso ha creído en él (en Cristo)
algún magistrado o algún fariseo?
DIOS HACE RETROCEDER A LOS SABIOS INFATUADOS
Isaías 44,24 Así dice Yahvé, tu redentor, el que te formó desde el seno. Yo, Yahvé, lo he hecho todo, yo, solo, extendí los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna. 25 Yo hago que fa! len las señales de los magos y que deliren los adivinos: hago retroce- der a los sabios y convierto su ciencia en necedad.