
GOTAS DE ESPERANZA
Alejandro y Cayo, distinguidos cristianos de Apamea (Frigia), acérrimos enemigos de los herejes montanistas, fueron condenados a muerte durante el reinado de Marco Aurelio (h. 172). Al ser conducidos al suplicio junto con algunos montanistas, pidieron a sus verdugos, como una gracia singular, que los decapitaran por separado, para que su sangre no se mezclara ni confundiera con la de los herejes.
Esta conducta muestra la gran delicadeza de conciencia que distinguía a los cristianos de la primitiva Iglesia.
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