
GRACIAS MAMA, YO TAMBIEN TE AMO
Una madre es alguien que nos guía y nos inspira. Ella nos ayuda a lograr nuestros sueños y deseos. Con su sabiduría y profundidad, alumbra el sendero de sus hijos y les trae júbilo. ¡Qué gran regalo nos ha dado Dios al darnos a nuestras mamás! Son un tesoro incalculable en la vida de los hijos y son la alegría en la familia.
No te canses mamá de ser mamá. Comprendemos lo que significa y la responsabilidad tan grande que conlleva, en medio de los cansancios y sufrimientos, sigue adelante, iluminando nuestro camino por el bien y el amor. Sabemos perfectamente que tu amor es lo suficientemente grande para demostrarlo todos los días.
Víctor Hugo, con toda la sencillez de su expresión, así nos relata lo que una madre es para sus hijos:
“Partió el pan en dos partes y las dio a los niños, que lo comieron con avidez.
—No guardó nada para ella -gruñó el sargento.
—Es que no tiene hambre -aventuró el soldado.
—Es que es madre —añadió el sargento. “
¿Cuáles son las reflexiones que nos pueden dar estas palabras desde el corazón paciente y generoso de una madre? Quizás sean:
“Algún día, cuando mis hijos sean lo suficientemente grandes para entender la lógica que motiva a las madres, les diré:
Te amé lo suficiente como para preguntarte a dónde ibas, con quién, y a qué hora regresarías a casa.
Te amé lo suficiente, como para insistir que ahorraras dinero para comprarte una bicicleta aunque nosotros, tus padres, pudiéramos comprarte una.
Te amé lo suficiente, como para callarme y dejarte descubrir que tu nuevo y mejor amigo no era el mejor para ti.
Te amé lo suficiente, como para fastidiarte y estar encima de ti durante dos horas, mientras arreglabas tu cuarto, un trabajo que me hubiese tomado a mí solo 15 minutos.
Te amé lo suficiente, como para dejarte ver mi ira, desilusión y lágrimas en mis ojos. Los hijos también deben entender que no somos perfectas.
Te amé lo suficiente, como para dejar que asumieras la responsabilidad de tus acciones, aunque los castigos eran tan duros que rompían mi corazón.
Pero sobre todo, te amé lo suficiente, como para decirte que “NO” cuando sabía que me ibas a odiar por ello.
Esas fueron las batallas más difíciles para mí. Pero estoy contenta por haberlas ganado porque, al final, también las ganaste tú.”
Así el día en que los hijos crezcan, las madres tendrán todos los datos almacenados en el USB del corazón, y ahí una vez más dirán: “Te amé lo suficiente, como para hacer todo lo que hice por ti”. Algún día entenderás cuánto te he amado.
Así es el amor de una madre, un amor que no tiene barreras, ni límites. Un amor que desborda de generosidad y está dispuesto a darlo todo por sus hijos. POR ESO HOY TE DIGO, QUE TE AMO LO SUFICIENTE PARA DECIRTE, GRACIAS MAMÁ.