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Historias y anécdotas

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Hace algunos días estuve platicando con unas familias, y en la conversación salió a relucir la humildad del Papa Juan Pablo II y su gran capacidad de hacerse todo a todos para llevarlos a Dios. Realmente podemos afirmar "La esperanza nunca muere". Siempre tenemos una chance para crecer, superar dificultades, y sobre todo, una oportunidad para salir

Hace poco reflexionaba unas palabras del Santo Padre Benedicto XVI, en ellas afirmaba lo siguiente: Dios no fracasa. "Fracasa" aparentemente; así sucedió con Adán y con tantos otros, pero en realidad no fracasa, pues de ello saca nuevas oportunidades de misericordia mayor, y su creatividad es inagotable. No fracasa, porque siempre encuentra modos nuevos de llegar

El mundo de excelencia, perfección y crítica en que vivimos, nos lleva a un auto-esfuerzo muy grande para sacar adelante de la mejor manera nuestros proyectos. Sí, es verdad, vivimos angustiados en querer quedar bien con todos y que luego se nos diga, ¡qué bien lo hiciste!, ¡qué padre te quedó!, ¡es que realmente eres excepcional!

La vida puede ser vivida o transformarse en un simulacro. Puede ser serena, puede ser competitiva, puede ser alegre, puede ser triste, pero siempre es irrecuperable. El ser humano, eternamente insatisfecho, padece cuando no tiene nada y también padece cuando tiene demasiado. No quiere conservar sus bienes para disfrutarlos, sino mantenerlos para acrecentarlos. Si alguien es

Algunos decían que él era muy extraño; otros, que era sobrenatural. Las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la oportunidad de ver su espectáculo. Una cierta noche, el palco de un auditorio repleto de admiradores estaba preparado para recibirlo. La orquesta entró y fue aplaudida. El

Felipe Melanchthon, el fogoso colaborador de Lutero, consiguió, como experto escritor y sabio de renombre que era, muchos adeptos para la nueva doctrina. Su madre era una mujer piadosa, adicta antes y después a la Iglesia católica. En su lecho mortuorio, preguntó a su hijo: —Hijo, dime ahora con toda sinceridad qué fe es la mejor, ¿la nueva

Cuando el sultán turco Mohamed II tomó Constantinopla y la inundó de sangre (1453), mandó aprisionar a todos los cristianos que sobrevivieron a aquellos estragos. Había entre éstos una joven bastante agraciada, llamada Irene, a la. que el sultán, contra el parecer de los jefes de gobierno, prometió que la haría esposa suya si abrazaba el

Desde el borde de una trampa que daba a una bodega subterránea, estaba mirando hacia abajo un pequeñuelo, a pleno sol. Desde arriba nada se veía, pero desde el fondo le veía su padre, que le dijo: — Échate, hijo mío, que yo te cogeré. — No veo nada, papá. — No importa: te veo yo. Haciendo acopio de valor,