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Historias y anécdotas

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Mohs era un científico que murió en 1839, fue el inventor de la escala que lleva su nombre y que indica mediante diez peldaños ascendentes la dureza de los minerales: del talco y del yeso va subiendo de dureza en dureza hasta el diamante. Pues bien, algunas cabezas parecen ser más duras que el dia­mante, no

San Pedro: En la Via Appia hay una capilla que recuerda el encuentro de Pedro con Cristo a las puertas de la ciudad y que le pregunta a dónde va. Pedro estaba huyendo de la perse­cución de Nerón. "A Roma", respondió Cristo, "para ser de nuevo crucificado". Y Pedro entendió que lo que se esperaba de

Santa Catalina de Siena tuvo que luchar un día con una vehemente tentación. Cuando a costa de grandes fatigas logró librarse, se quejó con tristeza: "Jesús mío, ¿dónde estabas cuando las tinieblas envolvían mi corazón?" "Estaba en tu alma" -contestó el Salvador. "Si no hubiera estado contigo, los pensamientos que sitiaron tu alma habrían penetrado también

Ulises hace una nueva singladura y llega frente a la isla de las sirenas. Manda a la tripulación que se tapen los oídos y ordena que a él le aten fuertemente a un mástil y no le suelten. Las sirenas comienzan sus cantos tentadores. La voluntad de Ulises flaquea. "¡Soltarme!", grita. Pero los compañeros, fieles a la

Santa Catalina de Siena tuvo que luchar un día con una vehemente tentación. Cuando a costa de grandes fatigas logró librarse, se quejó con tristeza: "Jesús mío, ¿dónde estabas cuando las tinieblas envolvían mi corazón?" "Estaba en tu alma" -contestó el Salvador. "Si no hubiera estado contigo, los pensamientos que sitiaron tu alma habrían penetrado tam­bién

A principios del año 1815, un enfermo grave rechazó al confesor diciendo que no quería confesarse porque la religión no sirve más que para el pueblo analfabeto, y el hombre instruido se abre paso siempre sin tener que apoyarse en la religión. El sacerdote procuró convencerle y, entre otras cosas, le mencionó que Volta, uno de

Un inglés fiel a su fe, Roberto Pecham, cuando Enrique VIII empezó a perseguir a los católicos, prefirió emigrar de su patria. Se fue a Roma. En esta ciudad, en la iglesia de San Gregorio, se lee en su sepulcro: «Aquí descansa Roberto Pecham, un inglés católico que, al separarse Inglaterra de la Iglesia, abandonó su patria

Haydn fue no solamente un gran compositor: sino también un católico sincero y denotado. Un día le suplicó uno de sus discípulos más aventajados que escuchase una misa que había compuesto. Todo fue bien hasta llegar al credo. El joven compositor daba al credo un tono piano que a veces no era más que. un murmullo

Quebró en Poitiers un banquero. Al punto se le presentaron tres de sus muchos acreedores.Uno le exigió 30 000 francos, otro 75 000, otro solamente 20 000. — ¿Es posible que sólo me pida usted 20 000 francos —le preguntó asombrado—, siendo así que le adeudo más de 100 000? — Los restantes los saqué ya de su