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Historias y anécdotas

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Los normandos atacan Irlanda. Las canoas se deslizan por el mar repletas de guerreros. Hay que darse prisa antes de que en la isla preparen la defensa. El cau­dillo normando promete que el primero que toque con su mano la tierra de Irlanda recibirá en galardón el condado más próximo. O'Neill, el gran guerrero, jura ser el

El 22 de septiembre de 1622 fueron martirizados en el Japón cincuenta y dos cristianos, entre los que había una madre con su hijito de cuatro años de edad, llamado Ignacio. Había sido bautizado hacía un año por el padre Spínola, quien aguardaba la muerte también, dirigiendo a los condenados sus últimas recomen­daciones. Spínola percibió a la

Anciano y achacoso, el padre Tena fue llevado por los rojos a Madrid, en 1936, durante la cruzada espa­ñola. Apenas podía andar con la ayuda de un bastón, a causa del reuma que le aquejaba. Ante el tribunal, intentaron hacerle apostatar de la fe. - Jure usted -le dijeron- que Dios no existe. Él empezó a dar razones

En 1868, don José Ignacio Arcia, arzobispo de Michoacán, preguntó a un tullido, viudo con dos hijas: — ¿Cuál es tu oficio? — Cazador. —¿ Qué es lo que cazas? —Venados. Dios me ayuda. Todos los días digo una oración a mi Padre, salgo con mi carabina, mato un venadito, mis hilas lo llevan a casa y, con la carne,

Preguntaba un impío a un joven cristiano: — Tú, ¿ por qué crees en esas verdades? — Porque así lais enseña el señor cura. — Pero el señor cura puede caer en un error. — Es cierto, y el señor obispo le removerá y condenará; de modo que, mientras está en unión con el señor obispo, creo en la

En el número 93 de la revista «De Broma y de Veras», de septiembre de 1918, se refiere un caso muy hermoso contado por Curro Vargas. Moreno no quiere aceptar un desafío de Zaldíbar; los padrinos le insultan porque no lo quiere aceptar, pero es porque Moreno cree en Dios. El insultado los echa de su casa. Mas

Luis IX, rey de Francia († 1270), que llegó al honor de las altares, hablaba una vez de asuntos de estado can un embajador. Éste, que era un gran adulador, dijo entre otras cosas al rey: — Majestad, me congratulo con vos porque habéis nacido en este nobilísimo reino. A lo que respondió el soberano: — No es ésta

Un barbero librepensador tenía la costumbre de hacer profesión de incredulidad ante los clientes, mofándose de la fe. Pero una vez encontró a quien le respondiese a tono. De un señor que se presentó en su barbería obtuvo esta respuesta: « A un hombre que no cree ni en Dios ni en sanción alguna futura, no le

Mientras el tirano Asclepiades se ensañaba con el mártir San Román, un niño que era llevado en brazos de la madre y que apenas sabía hablar levantó la voz, dirigiéndose al tirano: — ¡Jesucristo es el verdadero Dios!   A lo que preguntó el tirano bruscamente: — ¿Quién te lo ha dicho? — ¡Mi madre! — respondió el niño. — Y, a