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Historias y anécdotas

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Dos jóvenes pintores alemanes se dirigieron hacia Roma en el año 1811, pasando por el Tirol. Uno de ellos era Peter Contumelias. Hubieron de pernoctar en casa de un campesino tirolés y presenciaron la solemne escena de la oración vespertina de la familia. Todos los de la casa se reunieron. Los dos huéspedes, durante el rezo, hicieron

Una mañana, mientras se celebraba la santa misa en la capilla real de Luis IX, rey de Francia, se dejó ver Jesucristo a todos, en la hostia consagrada, en forma de un hermosísimo niño. Los cortesanos corrieron a dar la noticia al rey, invitándole a que fuera a ver el milagro.   Luis, sin inmutarse, respondió: «Que vayan

Hace unos 200 años llegó a Washington un joven de provincia. Tenía una ambición desmedida y soñaba con llegar a ser un sabio insigne y un gran político. Se llamaba Benjamín Franklin. Se lanzó de un salto en el torbellino de la vida. Abría las puertas de los círculos distinguidos. Pero pronto notó que las costumbres provincianas

Un domingo por la mañana, en junio de 1885, el P. Damián había dicho la misa a sus leprosos como era costumbre. Había vivido con ellos durante veinte años cuidándoles, construyén­doles casas, haciendo todo lo necesario para arreglar sus rotas vidas, fabricando incluso sus ataúdes cuando morían. Este domingo después del Evangelio llegó al púlpito para

Pero, ¿no sabe Ud. que en cada paso que hago puedo salvar un alma? - He conocido Angiollino, un hermano nuestro Silencioso Operario de la Cruz, muerto santamente, de quien se inicia la causa de beatificación, un muchacho de 14 años quien, con la ayuda de la Santísima Virgen, comprendió maravillosamente su vocación de sufriente hasta

En Lourdes suelen organizarse peregrinaciones para enfermos y un día se reza el Vía Crucis con todos ellos. En el Vía Crucis participó una señora en la tercera estación, pidió el micrófono y comenzó a decir: "Señor, cuánto has sufrido por mí. ¡Gracias por querer asociarme a tu Cruz y a tu dolor. Llevó diez años

Una jovencita sordomuda ha sido conducida por sus padres en peregrinación a Lourdes, para pedir de la Santísima Virgen la gracia de la curación. La chiquilla se ha quedado en devota oración en la gruta. Sus padres, que han aprendido a comprender el mudo lenguaje de sus gestos le preguntan por señas: - ¿Has pedido a la Virgen

Va de leyenda, que un ermitaño del desierto de Egipto visitó una gran ciudad. Era día de mercado y un vendedor tenía un puesto en el que sólo ofrecía pequeñas cruces de oro. El ermitaño pidió precio. - No las vendo; los que estiman la cruz pueden tomar una por nada. - Pues, siendo así, me llevo una.