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Pensamiento del día

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Poseer la felicidad es un derecho que todos los hombres tenemos, forma parte del ideal de cada hombre y también del designio de Dios. ¿En dónde la buscas?, ¿ya la encontraste?, ¿te interesa conseguirla?, ¿qué medios estás poniendo para poseerla? Muchas veces la buscamos fuera en las cosas que se nos presentan amables, buenas y en

Los hombres vamos construyendo proyectos y planes para así obtener la felicidad y la propia realización. Muchas veces las expectativas que nos vamos creando, y las exigencias que nuestra sociedad nos va imponiendo hacia metas meramente humanas, nos llevan a excluir a Dios y su Santísima voluntad en nuestra vida; en definitiva, han sido el egoísmo

ORACION A LA BIENAVENTURADA VIRGEN PARA LA HORA DE LA MUERTE. En ese momento, protege a mi alma de los espíritus inmundos y espantosos, para que no se atrevan a acercarse; y dígnate visitarla con tu dulce presencia, junto a la multitud de los ángeles y de los santos. Antes de que yo deje este mundo, comprométete

ORACION A LA BIENAVENTURADA VIRGEN PARA LA HORA DE MUERTE Cuando llegue para mí el último día, que yo ignoro, y la hora de mi muerte, que tanto temo pero que no puedo eludir, tú, clementísima Señora, mi gran confianza en cualquier dificultad y sobre todo en la hora de la muerte, acuérdate de mí. Y asísteme

Además, oh María, gloriosísima Madre de Dios, desde este momento y hasta la última hora de mi vida, te ruego que no te canses nunca de mirarme con semblante sereno y propicio y también con dulcísimo afecto, y que jamás sientas fatiga de velar por mí. Ponme bajo tu protección y extiende tus santísimos brazos sobre

ORACION A LA BIENAVENTURADA VIRGEN PARA LA HORA DE LA MUERTE En virtud de esa clemencia y generosidad, me refugio bajo tu amparo, donde los débiles adquieren fuerza y los presos obtienen libertad. Sé para mi corazón Madre buena y misericordiosa, para que pueda experimentar con felicidad que eres la consoladora de todos y el aliciente de

Por tu clemencia y por tu dulzura, siento aún surgir en mí la grande y fuerte esperanza de poder impetrar cuanto antes la gracia y el pleno perdón, merced a tu intervención y a tu mediación. ¿Y qué otra cosa podría desear de tu parte, misericordiosísima Madre y dulcísima Virgen, fuera de sentirme perdonado de todos

ORACION A LA BIENAVENTURADA VIRGEN PARA LA HORA DE LA MUERTE   Madre excelsa, demasiado sé que no soy digno de alzar mis ojos impuros, a menudo manchados por la concupiscencia de la carne y por la soberbia de la vida, hacia tu limpidísimo rostro, radiante de luz divina, admirado por toda la milicia En todo, tú luces