
GOTAS DE ESPERANZA
Gordio era un oficial romano que fue condenado a muerte por negarse a rendir culto al César.
Sus amigos le aconsejaron que negase sólo exteriormente su fe, conservándola fielmente en su corazón. Mas él les contestó: «El que me dio el corazón me dio también la lengua.» Y murió en aras de su fe.
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