
GOTAS DE ESPERANZA
Alfredo Froidebeaux, soldado de la Legión extranjera, fue extendido, en el curso de un período de diez años, cuarenta y siete veces sobre la mesa de operaciones, sacrificando poco a poco los dedos, los brazos y las piernas. Después de ser herido en Tonkín y al quedar convertido en un simple tronco, dijo: «Aún brilla para mí el sol… pero sólo el que cree es de verdad fuerte.»
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