
GOTAS DE ESPERANZA
Cuando Isabel de Hungría daba limosnas a los pobres, decía a todos:
—Dad también vosotros limosnas.
— ¡. y cómo. si no tenemos dinero?
—No, está a nuestro alcance poder abrir siempre la bolsa, pero sí no cerrar nunca nuestro corazón. Aun cuando no tengamos dinero, tenemos corazón para conipadecer a los necesitados, ojos para verlos, pies para visitarlos, boca para animarlos y consolarlos…
Share: