GOTAS DE ESPERANZA
En Hong-Kong se convirtió un oficial al ver la delicadeza maternal con que una religiosa le había vendado llagas profundas que exhalaban un hedor insoportable. Rompió a llorar diciendo:
Hace meses que me encuentro en tal estado, sin haber podido hallar a nadie que me ayudase. Todos han rehusado curarme, mas tú, extranjera ¿Quién te da valor? … ¡Debe ser muy grande tu religión!
El heroísmo de las religiosas y su amor a los enfermos es causa de muchas conversiones.
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