LA FAMILIA DE NAZARET, PROTOTIPO DE CADA FAMILIA CRISTIANA
La familia es un don de Dios, un regalo al mundo, lugar en la que el Hijo de Dios se quiso hacer presente, nace, crece y madura. Qué hermoso es contemplar y ver reflejada cada familia en el prototipo de la gran familia, la Familia de Nazaret, en ella se refleja de una forma sencilla y auténtica un verdadero amor a Dios, una comunicación frecuente a través de la oración, de la lectura y reflexión de la Palabra de Dios; allí descubrimos el valor de los momentos de silencio tan necesarios en nuestro mundo actual, tan lleno de ruidos y gritos, vemos en Nazaret un ambiente de trabajo y descanso, de servicio y donación, un ambiente alegre, feliz, lleno de paz y armonía. Este fue el ambiente que acompañó siempre el hogar de Nazaret. Les comparto estas reflexiones, que he dividido en un decálogo y que el Papa Benedicto compartió en el Ángelus del 1 de enero del 2007.
- Dios quiso nacer y crecer en una familia humana.
- De esta manera la ha consagrado como camino primero y ordinario de su encuentro con la humanidad.
- En la vida que pasó en Nazaret, Jesús honró a la Virgen María y al justo José, Jesús obedece en su infancia y juventud. (Lc 2,51-52).
- El valor primario de la familia es la educación de la persona. Por María y José, Jesús fue introducido en la comunidad religiosa, frecuentando la sinagoga de Nazaret. Con ellos aprendió a realizar la peregrinación a Jerusalén, como relata el pasaje del Evangelio.
- Cuando cumplió doce años, se quedó en el templo y sus padres necesitaron tres días para encontrarle. Con aquel gesto les di a entender que Él se debía “ocupar de las cosas de su Padre”, esto es, de la misión que le había confiado Dios (Lc 2,41-52).
- La familia de Nazaret revela la más auténtica y profunda vocación de la familia: la de acompañar a cada uno de sus miembros en el camino del descubrimiento de Dios y del proyecto que Él ha dispuesto para ellos.
- María y José educaron a Jesús, ante todo, con su ejemplo: en sus Padres, Él conoció toda la belleza de la fe, del amor por Dios y por su Ley, así como las exigencias de la justicia, que haya pleno cumplimiento en el amor (Rm 13,10).
- De ellos aprendió que en primer lugar hay que hacer la voluntad de Dios y que el vínculo espiritual vale más que el de la sangre.
- La Sagrada Familia de Nazaret es verdaderamente el “prototipo” de cada familia cristiana que, unida en el Sacramento del matrimonio y alimentada de la Palabra y de la Eucaristía, está llamada a llevar a cabo la estupenda vocación y misión de ser célula viva no solo de la sociedad, sino de la Iglesia, signo e instrumento de unidad para todo el género humano.
- Pedir la protección de María Santísima y de San José para cada familia, especialmente para aquellas en dificultad. Que ayuden a las familias cristianas a ser, en toda parte del mundo, imagen viva del amor de Dios.
Que las palabras sabias del Papa Benedicto nos ayuden a dirigir nuestra mirada a Nazaret, ahí se fraguó una familia llena de amor, esperanza y fé, temerosa de Dios, educada, observante y fiel. En nuestro mundo tenemos que rescatar el ejemplo de esta Sagrada Familia y que nos impulse a marcar una diferencia en el ambiente familiar actual.