LA VIDA, UN CAMINO QUE NOS LANZA A LA FELICIDAD
La vida es una experiencia y hay que aprender de ella en cada paso. En el camino suele haber días tan dulces y días tan tristes, pero en esto me pregunto, ¿qué sería de mi si no conociera la tristeza, el dolor?, no lo sé, simplemente he dado respuesta a esto con más preguntas.
Dentro del camino he podido experimentar la compañía o la presencia en algunos momentos de personas buenas, gratas, cercanas, alegres y optimistas, pero también pude experimentar la soledad, momentos en que me he querido retirar para estar conmigo mismo, analizando, pensando, contemplando y en otros momentos me he sentido solo, porque me han dejado solo, bueno así lo he percibido, aunque tengo la certeza que Dios siempre ha estado junto a mí. Puedo observar las huellas que han quedado impregnadas dentro de mi camino y puedo darme cuenta de lo que en realidad necesita mi vida.
Dentro de este camino hay espinas que nunca salen del interior, hay estrellas que suelen señalar, pero quizás nunca lleguemos a palpar su calor. Hay momentos que rebasan tu felicidad y momentos en agonías difíciles de llevar, pero la vida es un subir y bajar de situaciones y realidades, es una vida peligrosa pero a la vez suele ser hermosa.
El ser no es más grande por su tamaño si no por la fuerza que se encuentra en su interior, y esta fuerza indiscutiblemente se la da Dios, El Señor de todo: ¿Qué pasaría con las ilusiones y con los logros si entre ellos no existe un esfuerzo?, ¿Qué pasaría con caer y no levantarse?, pero sobre todo qué sucedería si Dios no nos diera su gracia y su bendición. El éxito estaría muy lejos de nuestro alcance, incluso no lo conoceríamos. Hay personas que luchan y consiguen llegar a la meta sin limitarse en ella, sino seguir más adelante, de donde sacarán la fuerza, la confianza y la constancias, será que sólo viene de ellas, o habrá una mano más poderosa que la sostiene y alienta, por eso no confíes solo en tus fuerzas y cualidades, ellas siempre al final tendrán su desenlace y lo que Dios te ha querido regalar como don.
Es necesario en ocasiones mirar hacia atrás. El buen camino recorrido, te llenará de buenos recuerdos, ánimos y fortaleza, él te quiere decir que hay que seguir adelante, hay que seguir caminando, es bueno un breve descanso, es bueno recordar esos momentos de bendición y luces recibidas por parte de Dios, es bueno detenerse un momento y reflexionar, es una sabia parada técnica que todos en la vida debemos hacer. Pero no es necesario retroceder, es necesario escuchar el silencio, tal vez del silencio escuches algo más profundo de lo que escucharías en la turbulencia, trata de observar a tu alrededor; cada uno tiene un universo diferente, en este camino no vas solo, muchos suben contigo y también bajan.
Recuerda que llevas dos pies, que te hace caminar, la “verdad” y el “amor”, ellos te darán fuerza y sentido, para no desfallecer, ellos te indicarán los senderos, las brechas y la orientación necesarias que debes seguir, no los olvides ellos van contigo,
Llevas dos bastones que siempre sirven de apoyo para los momentos de cansancio y soledad, el “bien” y la “bondad”, siempre que los utilices, irán dejando una deliciosa fragancia de paz y seguridad, enseña a tus compañeros de viaje a utilizarlos, solo así nuestro caminar será armonioso y agradable. “¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien?” (Salmo 34.12).
No es necesario que lleves la mochila de los rencores, malas experiencias y recuerdos negativos, ellos solo aumentarán un peso que no debes llevar, recuerda el camino es largo y a menos cosas inútiles que llevemos, el camino lo recorreremos con más ligereza y disfrutaremos mejor su paisaje. Son tantas las cosas hermosas que debemos mirar en nuestro paso por la vida, que anclarnos en aquello negativo que ya pasó, solo nos trae pena y desasosiego. Como bien nos dice el salmista: “El Señor protege la vida de los íntegros, y su herencia perdura por siempre”( Salmo 37.19).
La Vida es un proceso que hace germinar dentro de nuestro corazón, unas semillas muy especiales, estas son las semillas de la Esperanza, la Fe y El Amor. Nunca exterminemos esas semillas, ellas nos irán alimentando y fortaleciendo para no desfallecer en el camino, nos darán ánimo y confianza, no vale la pena dejarlas secar, por el simple hecho que no entendamos los momentos críticos de la Vida.