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agosto 2022

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Pasaba un día Pío XI a lo largo de las filas de peregrinos durante una audiencia, cuando sus ojos se fijaron en un muchacho ciego. El papa se detuvo y alzó su anillo hasta los labios del chico, el cual empezó a temblar de emoción mientras saltaban lágrimas de sus ojos vacío — Querido —le dijo el

San Vicente de Paúl sufrió durante cierto tiempo vehementes tempestades en cuanto a la fe. Escribió el símbolo apostólico en un trocito de papel y lo cosió en un bolsillo de su traje. Siempre que surgía un pensamiento de duda respecto a la fe, apretaba contra su corazón el credo escrito, para confesar así firmemente su

Juana Francisca de Chantal, mujer de fe ardorosa, hubo de consolar a una religiosa que se quejaba de las tentaciones que sufría contra la fe. La santa, que tenía más de 61 años, le dijo: «Hija mía, hace ya casi 41 años que las tentaciones [contra la fe] casi me aplastan.»  

Gorch Fock, el cantor del mar del Norte que un día exclamó: «Si eres pagano, sigue siéndolo; no consientas que te bauticen», más adelante escribió en su diario las siguientes palabras: «Tenía razón aquel marino que escribió a su madre:. “Si te llegara la noticia de que nuestro crucero se ha hundido. y ninguno se ha

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN   No enviaste un ángel, no un arcángel, no a Miguel, ni a Gabriel, ni a Rafael, tus mensajeros oficiales, ni a ninguno de los dignatarios terrenales, distinguidos, adornados de oro, plata y piedras preciosas, a visitar a tu Madre, Reina del cielo, nuestra amada Señora; sino que acudiste tú mismo, Rey de

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN. Tú que en las bodas de Caná, por exhortación de ella, cambiaste el agua en excelente vino, cuando regresaste del lugar de los muertos y después de haber vencido a los enemigos con mayor poder y más eficaz milagro cambiaste la muerte en vida, la cruz en gloria, el llanto

  MARÍA  Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN Obraste perfectamente, Óptimo Jesús, cuando visitaste con sentimiento filial a tu amadísima Madre, la saludaste con respeto, le hablaste con dulzura, la consolaste cordialmente y, al mostrarle la felicidad de tu rostro, hiciste desvanecer toda su tristeza y las dolorosas lágrimas de sus ojos. Tan pronto como llegó a verte, desaparecieron

Por lo cual, es justo que en el día de hoy, mientras está delante de ti, que te apareciste a ella en el fulgor de tu gloria, María se haya vuelto más feliz de lo acostumbrado y se sienta colmada de nuevos consuelos, después de haber sufrido más cruelmente y llorado con más amargura que los

MARÍA Y EL MISTERIO DE LA RESURRECCIÓN Con cuánta atención fijó sus ojos en tu cuerpo glorioso, que antes había visto duramente llagado por crueles azotes, clavado en el madero de la cruz, atroz mente horadado en el costado derecho por la lanza de Longino y, a continuación, muerto y depositado en el sepulcro.  

¡De qué inefable gozo se sintió inundada en ese momento María, tu Madre, cuando te vio a ti, su Hijo, adornado de claro resplandor, con el cuerpo glorioso, más espléndido que la luminosidad del sol y más hermoso que todas las estrellas! Qué indecible y jubilosamente exultó su espíritu en ti, Jesús, Dios, su Sal- vador: