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Sembrando Esperanza

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MI CUENTO DE NAVIDAD PARTE III

Terminamos estas tres series de artículos con nuestras Navidades futuras. ¿Cómo las quiero vivir?, ¿qué experiencias de Dios quiero sacar de ellas? No nos quedemos solo en los regalos, no convirtamos Navidad en Vanidad, no nos quedemos solo en el pasado, no vivamos solo el presente, pensemos y proyectémonos hacia el futuro.

El espíritu de la Navidad futura. Siempre me ha llamado la atención que  en el “Cuento de Navidad” El señor Scrooge (SCRUCH) no se convierte al contemplar su pasado, menos aún, al contemplar el presente.

Se convierte ante su tumba llena de abrojos, descuidada. Se descubre que nadie lo querrá. ¡Qué profundo es Dickens! A todos nos gusta sentirnos amados, es el motor de nuestras vidas. Cuando el amor falta en nuestras vida, ésta no tiene sentido. Ante este panorama, el señor Scrooge (SCRUCH) cede, cambia de actitud, se convierte.

Pero, ¿dónde buscar el cariño? Es tan difícil, la gente cambia tanto. Búscalo en lo único que no cambia: Jesús.

Les invito a todos en estos momentos a abrir el Evangelio y a descubrir en Él eso que Cristo quiere ser para nosotros:

Él quiere ser “amigo”, un amigo sincero de nuestras vidas (cf. Jun. 15, 14).

Él quiere ser “compañero”, un compañero de camino, como quiso serlo para llenar de optimismo a aquellos discípulos atormentados y desanimados de Emaús (cf. Lc. 24, 13-35).

Él quiere ser “vida”, tu vida, como lo fue para aquel joven muerto de Naín (cf. Lc. 7, 11-17) o para aquel corazón, también muerto, por la ambición, de Zaqueo (cf. Lc. 19, 1-10).

Él quiere ser “camino”, tu camino, para ti que tanteas en las tinieblas anhelando una salida a tus ansias de felicidad (cf. Jn. 14, 6).

Él quiere ser “verdad”, tu verdad, por la que luches y vivas.

Él quiere ser “resurrección”, tu resurrección, es decir, tu esperanza, tu anhelo de una vida sin fin (cf. Jn. 11,25).

Él quiere ser “alegría, la fuente de tu fidelidad.

Él quiere ser “roca”, la roca en donde tu debilidad encuentre fortaleza y optimismo.

Él quiere ser “paz”, paz para tu corazón a veces atribulado y a veces probado por el dolor y el sufrimiento (cf. Jn. 14, 27).

Él quiere ser “pan”, pan que fortalezca tú espíritu en tus luchas y desgastes (cf. Jn. 6, 35).

Él quiere ser “perdón”, para consolarte en tus caídas y debilidades”.

 

Que las futuras navidades estén centradas en Jesús. Que este recorrido por nuestra vida nos lleve al último elemento indispensable para tener una buena Navidad, para preparar bien una Navidad: Jesucristo.

Decían los latinos “Historia magistra vitae” “La historia es maestra de la vida” Contemplar nuestro pasado y presente nos tiene que llevar a sacar resoluciones de vida que influyan positivamente en nuestro futuro. Una tiene que ser ésta: Jesús me ama y siempre está a mi lado. En este sentido podemos decir que siempre es Navidad. Ojalá vivamos así todos los días de nuestra vida. ¡Cuánta tranquilidad y alegría trae esto a nuestras vidas!  FELIZ NAVIDAD.

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