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Historias y anécdotas

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Santa Catalina de Siena tuvo que luchar un día con una vehemente tentación. Cuando a costa de grandes fatigas logró librarse, se quejó con tristeza: "Jesús mío, ¿dónde estabas cuando las tinieblas envolvían mi corazón?" "Estaba en tu alma" -contestó el Salvador. "Si no hubiera estado contigo, los pensamientos que sitiaron tu alma habrían penetrado también

Ulises hace una nueva singladura y llega frente a la isla de las sirenas. Manda a la tripulación que se tapen los oídos y ordena que a él le aten fuertemente a un mástil y no le suelten. Las sirenas comienzan sus cantos tentadores. La voluntad de Ulises flaquea. "¡Soltarme!", grita. Pero los compañeros, fieles a la

Santa Catalina de Siena tuvo que luchar un día con una vehemente tentación. Cuando a costa de grandes fatigas logró librarse, se quejó con tristeza: "Jesús mío, ¿dónde estabas cuando las tinieblas envolvían mi corazón?" "Estaba en tu alma" -contestó el Salvador. "Si no hubiera estado contigo, los pensamientos que sitiaron tu alma habrían penetrado tam­bién

A principios del año 1815, un enfermo grave rechazó al confesor diciendo que no quería confesarse porque la religión no sirve más que para el pueblo analfabeto, y el hombre instruido se abre paso siempre sin tener que apoyarse en la religión. El sacerdote procuró convencerle y, entre otras cosas, le mencionó que Volta, uno de

Un inglés fiel a su fe, Roberto Pecham, cuando Enrique VIII empezó a perseguir a los católicos, prefirió emigrar de su patria. Se fue a Roma. En esta ciudad, en la iglesia de San Gregorio, se lee en su sepulcro: «Aquí descansa Roberto Pecham, un inglés católico que, al separarse Inglaterra de la Iglesia, abandonó su patria

Haydn fue no solamente un gran compositor: sino también un católico sincero y denotado. Un día le suplicó uno de sus discípulos más aventajados que escuchase una misa que había compuesto. Todo fue bien hasta llegar al credo. El joven compositor daba al credo un tono piano que a veces no era más que. un murmullo

Quebró en Poitiers un banquero. Al punto se le presentaron tres de sus muchos acreedores.Uno le exigió 30 000 francos, otro 75 000, otro solamente 20 000. — ¿Es posible que sólo me pida usted 20 000 francos —le preguntó asombrado—, siendo así que le adeudo más de 100 000? — Los restantes los saqué ya de su

Un hombre se alababa. entre sus compañeros de taberna de que había logrado quitar la religión a su mujer tras tres años de disputas y esfuerzos. Sus compinches aplaudieron su celo contra Dios. Cuando el impío se dirigía por la noche a su casa vio mucha gente delante de la puerta y, habiendo preguntado qué ocurría, nadie

Un hombre había perdido la fe y se le echó encima la incredulidad con todos sus tormentos y problemas. Viajaba de una parte a otra, pero en vano. Un día llegó a la India, y allí oyó hablar de un viejo sacerdote que, según se decía, resolvía todos los problemas del espíritu. Le visitó. — Te suplico me

Un sacerdote encontró a uno de sus conocidos, hombre de gran cultura que había vivido rodeado de comodidades. Una vez convertido, sólo pudo librarse de morir de hambre aceptando el oficio de portero de una casa, con la obligación de barrer y fregar la escalera.   Al preguntarle el sacerdote si no encontraba demasiado duro aquel trabajo después