GOTAS DE ESPERANZA
Hubo un artista que quiso traducir en un cuadro las palabras del evangelio: «He aquí que estoy a la puerta y llamo.» En él se ve a Cristo con la mano levantada en disposición de llamar.
El hijo del pintor mira el cuadro y dice:
— Papá, hay un defecto en el cuadro.
— ¿Por qué? —pregunta el padre.
— Porque no hay llamador en la puerta, y este señor no podrá entrar —contesta el niño.
— Hijito, lo que en este cuadro parece defecto es la realidad. Este «señor es Dios. La puerta es la del corazón humano. Las llaves están dentro. Para que pueda el Señor entrar es necesario abrir la puerta desde dentro.
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