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Lecturas de hoy Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1,5–2,2):

Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Sí decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 102

R/. Bendice, alma mía, al Señor

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades,
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.

Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro. R/.

Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos,
para los que guardan la alianza. R/.

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, dame tu gracia para ver con el amor que Tú ves a las personas que me rodean, que nunca vea a los demás como medios para lograr mis objetivos egoístas.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20

En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.

No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.

Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Dios yace al principio de todo lo que hacemos y somos, Él nos precede en muchas maneras. Una de ellas es la misión que nos encomienda y el amor que nos dona. Dios nos ha amado con un inmenso amor y nos deja este ejemplo para que vayamos al mundo y les mostremos qué significa ser cristiano. En cierta forma esto ya es nuestra misión, comunicar el amor de Dios que, en realidad, es comunicarlo a Él mismo. La misión consiste en predicar quién es Dios y dar a conocer su mensaje de salvación.

Unida a nuestra acción siempre nos acompaña Jesús, ya que Él quiere ser parte de todas las cosas qua hacemos. Él viene con nosotros a todos los lugares que vamos, pero quiere que lo invitemos.

Piensa en los lugares que frecuentas y cómo puedes invitar a Jesús que te acompañe. Si estás de misiones, en el templo, o en cualquier actividad religiosa Él está presente. Pero también quiere estar en aquellas personas que no son religiosas. Cada vez que nos encontramos con alguien, Dios nos llama a reconocer su presencia en esa persona. Dios mismo, desde toda la creación, la ha amado con todo el corazón y con todas sus fuerzas; este hecho nos empuja a tratar a todas las personas que nos encontramos en la vida con el cariño y respeto que se merece alguien que viene de Dios, lo más grande que la mente humana se puede imaginar.

«También nosotros estamos llamados a recibir a Jesús que viene a nuestro encuentro. Encontrarlo: al Dios de la vida hay que encontrarlo cada día de nuestra existencia; no de vez en cuando, sino todos los días. Seguir a Jesús no es una decisión que se toma de una vez por todas, es una elección cotidiana. Y al Señor no se le encuentra virtualmente, sino directamente, descubriéndolo en la vida, en lo concreto de la vida. De lo contrario, Jesús se convierte en un hermoso recuerdo del pasado. Pero cuando lo acogemos como el Señor de la vida, el centro de todo, el corazón palpitante de todas las cosas, entonces él vive y revive en nosotros.» (Homilía de S.S. Francisco, 2 de febrero de 2019).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscar una forma concreta de servir a mis vecinos, compañeros de escuela, compañeros de trabajo, etc.

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