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Historias y anécdotas

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Quejase un joven al abad Teodosio de que, después de ocho años de lucha, no había logrado refrenar sus pasiones. "¿Ocho años de lucha? -contestóle el abad- Sesenta llevo ya luchando contra ellas en el desierto, y no he tenido todavía un día libre de sus asaltos". Grandes luchadores son los santos: su entereza indomable, impulsada por

Beethoven, el gran músico estaba casi completamente sordo cuando compuso su obra más excelsa, su obra maestra. Moisés, el gran libertador de los judíos, no sabía hablar sino con dificultad; pero con la ayuda de Dios y con el humilde reconocimiento de su flaqueza, se hizo jefe del pueblo.  

Un buen día el rabí Nahum entró de repente en la escuela de Talmud y encontró unos estudiantes que jugaban a las Damas. Asustados, hicieron aspavientos y, nerviosos, dejaron el juego. "¿Conocéis las leyes del juego?" -les inquirió el rabí. Ellos no dieron respuesta. "En primer lugar, no se puede dar dos pasos en la misma

Un amigo fue a visitar a Miguel Ángel y se quedó maravi­llado de que todavía estuviese haciendo la misma obra. - "Su trabajo no adelanta nada" -le dijo. - "¿Cómo que no? He corregido ya mucho; aquí he quitado algo, allí he perfeccionado una arruga; he dado más suavidad a esta línea, he procurado dar más expresión a

Un peluquero tenía en su taller una bonita navaja: Limpia y brillante, reflejaba meses de trabajo, y la satisfacción de cientos de clientes. Un día de primavera entró un rayo de sol. La navaja noto sus propios destellos; se llenó de orgu­llo, y pensó: - Siendo yo tan luminosa ¿por qué debo seguir aquí rasurando todos los días a feos

Un zorro, habiendo llegado a viejo, renunció a la caza y a las aventuras. Visitaba cada noche un corral vecino a su guarida, y allí iba echando barriga sin peligro ni fatigas. En cierta ocasión se descuidó al emprender el camino de retorno, el sol ya había salido y todos los aldeanos estaban ya trabajando. Ir a

1o. Se nace cansado, se vive para descansar, descansa. 2o. Ama a tu cama como a ti mismo. 3o. Descansa de día para dormir de noche. 4o. Si ves a alguien que esta descansando. ¡Ayúdale! 5o. El trabajo es fatiga, ¡cuídate! 6o. No hagas hoy lo que puedes dejar para mañana. 7o. Haz lo menos que puedas, y aquello que debas hacer

Jueves, 7 de octubre de 2021 Primera lectura Lectura de la profecía de Malaquías (3,13-20a): «Vuestros discursos son arrogantes contra mí –oráculo del Señor–. Vosotros objetáis: "¿Cómo es que hablamos arrogantemente?" Porque decís: "No vale la pena servir al Señor; ¿qué sacamos con guardar sus mandamientos?; ¿para qué andamos enlutados en presencia del Señor de los ejércitos? Al contrario:

Say, célebre economista francés, nos cuenta de un modo sugestivo cuanto daño puede provenir de pequeñas negligencias. En una finca, escribe, se deterioró el cerrojo de la puerta del corral. Había podido arreglarse en algunos minutos, pero "es cosa pequeña" -dijo el dueño-. Naturalmente, día tras día iban escapándose ora un pollo, ya un pato. Un