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Historias y anécdotas

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En el París hay un instituto para perros, el "Institut de Beauté pour les Chiens", en que trabajan numerosos médicos, peluqueros y masajistas. En la "Ille des Tavageurs", en París, hay un magnífico cementerio de perros, con avenidas con criptas de mármol, artísticos bajo relieves y muchos monumentos en que se ve la fotografía del finado. Y es

A un estudiante de quince años de edad empezó a dolerle una pierna. Llamaron al médico y éste, con gran espanto de los padres, descubrió las caries de los huesos. - No queda otro remedio que amputar la pierna -dijo el médico. - No, no -exclamó el enfermo-; prefiero morir. Durante semanas y semanas le suplicaron, pero la res­puesta

Julia, la hija única de Juan Arany, eximio poeta húngaro, murió, en la plenitud. de su floreciente hermosura, a la edad de veinticuatro años. Su padre, con el corazón conmovido, escribió estas líneas en la losa de su sepulcro: «Cuando tu alma victoriosa se detuvo en la materia destrozada y, mirando con  valentía la muerte, emprendió, rica

Un maestro de escuela aprovechaba todas las ocasiones para prevenir a sus discípulos contra la influencia de las doctrinas materialistas. Un día, sacando su reloj y poniéndolo sobre la mesa, en cuyo derredor hizo que se colocasen los niños, les preguntó : — ¿Qué hace este reloj? — Tic, tac —contestaron todos a una. — Ahora — agregó, después de

Cuánto tiempo empleas diariamente para las cosas de tu alma? —preguntaron a un pobre hombre. — Todas las noches me santiguo —respondió éste. — Y en el cuidado de tu caballo, ¿cuánto tiempo empleas cada día? — Dos horas —contestó. — Mejor querría yo ser tu caballo que tu alma.    

Un joven murió en la plenitud de sus fuerzas, en los años más hermosos de su vida. En su losa sepulcral se veía una espiga granada que se inclinaba hacia abajo; la inscripción constaba de dos palabras de .un profundo significado: Quia plena (Porque estaba llena). Pronuncia tú también cada día esta corta oración: «Dios mío, concédeme que

Carlos V, dominador de dos mundos, agobiado de trabajo, no omitía nunca la oración. En cierta ocasión el embajador francés le pidió audiencia mientras estaba haciendo sus devotos oficios de la mañana. El emperador mandó decide: «Ahora estoy yo en audiencia; que esperen esos señores.»   Pasó mucho tiempo, y el embajador hizo repetir la súplica pidiendo poder

En septiembre, el día de san Lamberto, se siembra. Al momento comienzan los cientos de granos a moverse, y en pocas semanas han fabricado sobre el campo gris un verde tapiz que se extiende amplio y bello sobre la tierra, lleno de esperanza de los frutos venideros. Pero después viene el invierno; y por cinco largos

Una anciana señora, después de haberse deleitado escu­chando a Chopin en uno de sus magníficos conciertos, luego de expresarle su admiración por el arte maravilloso del insigne pianista polaco, le dijo también cuánto era de admirar su paciencia hasta haber conseguido aquel dominio absoluto del piano. Chopin le contestó: probablemente no tengo más paciencia que cualquier otro;