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Historias y anécdotas

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Un sabio quería atravesar un lago. Invitado por un barquero ignorante en todo menos en su oficio, pues sabía remar y nadar admirablemente, entró en la barca. Durante la travesía, el sabio dijo al barquero: - Dime, ¿Sabes astronomía? - No. - ¿Y matemáticas? - Tampoco. - ¿Y geografía? - Yo no sé nada de esas cosas: sé remar y nadar. - ¡Desgraciado!

Sacrificios: valor ante Dios - Dios es un buen pagador, y ni un vaso de agua deja de pagar si se da con misericordia. Tened muy fija esta esperanza siempre que os cueste trabajo practicar la virtud. ¿Recordáis la historia del viejo anacoreta? Un santo anacoreta tenía lejos de su choza la fuente de la que cogía el

El beato Enrique Susone se propuso no beber nada de agua en toda la Cuaresma. Un día que ya no podía más y estaba a punto de beber oyó: "Si tú no pruebas la misma sed por Cristo, no podrás nunca ser un fiel imitador de Cristo: El, aún siendo Fuente Viva, pidió de beber junto

He conocido Angiollino, un hermano nuestro Silencioso Operario de la Cruz, muerto santamente, de quien se inicia la causa de beatificación, un muchacho de 14 años quien, con la ayuda de la Santísima Virgen, comprendió maravillosamente su vocación de sufriente hasta el punto de tener sed de sacrificios para salvar las almas. En el último período de

Un célebre cirujano refirió: "He operado a millares de hombres, mas ninguna operación me ha producido tanta impresión como la de un joven seminarista. Era en una ciudad de provincia, en un crudo invierno, la intervención era urgente y yo no tenía cloroformo. El me dijo: - "Concédame usted media hora para confesarme y comulgar y no

Exponía un misionero a un príncipe pagano las condiciones y los fenómenos naturales de Europa. El príncipe escuchaba con atención; pero cuando el misionero le aseguró que en invierno el agua se hiela y se endurece tanto ,que pueden pasar por encima de los ríos los elefantes, el príncipe le interrumpió: « ¡Basta, basta! Hasta aquí

San Pedro Mártir, hijo de padres herejes († 1254), frecuentaba las escuelas de primera enseñanza, en las que había aprendido el credo, que rezaba frecuentemente para no olvidar ningún artículo de fe. Un tío suyo, también hereje, le paró un día y le preguntó: — ¿Qué has aprendido en la escuela? — El credo. El tío, lleno de

El célebre orador griego Demóstenes († 322 a. C.) hablaba una vez a la multitud sobre el amor a la patria. Desplegaba, acalorado, toda su elocuencia para persuadir y conmover al auditorio, cuando se dio cuenta de que nadie le prestaba atención: uno bostezaba, otro charlaba, el de más allá se dormía. Entonces interrumpió su serio

Entre millares de cristianos llevados al martirio en Armenia, tenemos el ejemplo de un niño de doce años. Cogido por los turcos y tentado con lisonjas a apostatar de la fe de Jesucristo, respondió resueltamente: — ¡No quiero! Le amenazaron con cortarle una mano, a lo que él dijo: — Aquí la tenéis: haced vuestro oficio. Y aquellos bárbaros se

Dos hombres se divertían en el campo. Uno de ellos vio a lo lejos un globo en el aire y lo dijo al compañero. Pero éste, que era miope, negó el. hecho sólo porque no lo veía. Entonces el otro exclamó: «Si la naturaleza te ha dado vista para ver solamente a corta distancia, ¿cómo puedes